Aunque algunas personas lo asocian exclusivamente con la adivinación, también puede ser utilizado como una herramienta de autoconocimiento y crecimiento espiritual.
El siguiente documento que parece confirmar la existencia de algo comparable a los naipes de tarot, son dos mazos de Milán (el Brera-Brambrilla y el Tarocchi Cary-Yale) —existentes, pero incompletos— y tres documentos, todos del Tribunal de Ferrara, Italia. No es posible poner una fecha precisa a las cartas pero se estima que fueron hechas alrededor de 1440. Los tres documentos datan del one* de enero de 1441 a julio de 1442, con la palabra trionfi documentada por primera vez en febrero de 1442.
Los cuatro palos mostraban aves, motivos que aparecían regularmente en la heráldica de los Visconti, y el orden específico de los dioses da fundamento para asumir que el mazo estaba pensado para demostrar que los Visconti se identificaban como descendientes de Júpiter y Venus (que no eran vistos como divinidades pero endiosados como héroes terrenales). El historiador italiano Giordano Berti supone que fue el propio duque de Milán, Filippo Maria Visconti, el inventor del Tarot. Stuart Kaplan, un reconocido experto en el Tarot, dice que todo el simbolismo del Tarot tal como lo conocemos hoy en día se desarrolló del Tarot italiano.
Desde inquietudes sobre la carrera profesional y las relaciones personales hasta cuestiones de crecimiento espiritual y decisiones importantes, el Tarot puede ofrecer orientación en una amplia gama de temas.
No basta con aprenderse las interpretaciones de cada carta, sino que también debe desarrollar su intuición y habilidades psíquicas para realizar lecturas precisas y profundas.
El proceso de ser un tarotista no solo implica aprender los significados de las cartas, sino también desarrollar habilidades intuitivas y sensibilidad hacia las energías sutiles. Un tarotista debe estar abierto a conectar con su intuición y sintonizar con la energía de la persona consultante para ofrecer una lectura precisa y valiosa.
Lo primero que debo decir es que el tarot no tiene nada de malo. No es brujería ni satanismo, no es hechicería ni cuentos chinos, no es magia ni nada sobrenatural. Desafortunadamente los clichés cinematográficos especialmente han llevado al tarot a un lugar oscuro: Es típica la escena donde una joven desesperada ingresa a un cuarto desvencijado iluminado apenas por unas velas, con una poco confiable y nada agradable anciana que en la primera carta que desliza apoya su dedo agoreramente sobre la carta de La Muerte, ante el pánico de la joven y una música tenebrosa.
Lecturas de Tarot: Un tarotista puede realizar lecturas de tarot utilizando diferentes tipos de mazos de cartas. Estas lecturas pueden proporcionar información y orientación sobre diversos aspectos de la vida, como el amor, el trabajo, las finanzas y mucho más.
El desarrollo de la intuición implica estar abierto a la percepción de la energía sutil y aprender a escuchar esa voz interior que nos guía. Aquí hay algunas formas de desarrollar y fortalecer el don intuitivo:
El objetivo principal es ofrecer una guía y una reflexión personalizada, pero siempre recordando que cada individuo tiene el libre albedrío y la capacidad de tomar sus propias decisiones.
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Habilidades comunicativas: Ser capaz de transmitir de manera clara y coherente las interpretaciones de las cartas al consultante. La comunicación efectiva te permitirá explicar la simbología del tarot y proporcionar orientación de manera comprensible y útil.
Índice Ventajas Desventajas Descubre la conexión entre el tarot y la religión shinto en 70 caracteres
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